Cuida tus Palabras (Santiago 3:12)

    ¿Sabías que las personas se pasan un tercio de sus vidas hablando? Por ejemplo una persona que vive en promedio 75 años, 25 años de su vida los dedica a hablar. Si llevamos esto al día a día, en la práctica, estamos diciendo que una persona ocupa alrededor de ocho horas diarias solo para hablar. Ahora bien, teniendo en cuenta nuestro pasaje de Santiago 3:1-12, hay que decir que Santiago no está preocupado por la cantidad de tiempo que dedicamos para hablar, sino del contenido de nuestras palabras. Algo similar tenía en mente el Apóstol Pablo al decir; Ninguna palabra corrompida salga de nuestra boca, sino la que sea necesaria para la edificación (Ef 4:29).


    Examinando nuestro pasaje, Santiago en la práctica toca el tema de la lengua, no en términos del órgano como tal. Sino en la manera en la que usamos este órgano para hablar y comunicarnos. Por lo general, tenemos la tendencia a minimizar esto, poniendo mayor énfasis en otros pecados. Tengamos cuidado¡¡¡ Ojo con esto, ya que muchas veces pasamos por alto los efectos que tienen nuestras palabras en otras personas. ¿Te has puesto a pensar en el efecto que tienen tus palabras en aquellos que te escuchan? En tus hijos por ejemplo, en tu esposo (a) tus amigos, en tus hermanos en la fe. Jesús fue más allá, y establece una relación entre nuestra salud espiritual y la forma en la que hablamos. En Mateo 15:18 Jesús dijo “Lo que contamina al hombre no es lo que entra en el hombre “Sino lo que sale de él”. Del corazón del hombre vienen las malas intenciones, la mentira, las falsedades, los falsos testimonios, las calumnias, es decir, todas aquellas palabras que no edifican. Podemos notar entonces, que Santiago va en esta misma línea, diciendo que la lengua no es solo un instrumento para comunicarnos, sino es también un instrumento para medir en donde estamos, en relación a nuestra vida espiritual. Alguien dijo una vez; Pon mucha atención en tus palabras, ya que a través de ellas podrás darte cuenta si eres un niño aún, o has crecido en tu vida espiritual.


    En el versículo 5 Santiago dice; Basta una pequeña chispa para encender tremendo incendio. Recuerdo que uno de los incendios forestales más grandes en nuestro país, fue a finales del 2011, principio 2012 en las torres del Paine. El incendio comenzó en martes 27 de diciembre quemando 17.600 hectáreas, muchas de ellas de bosque nativo. Se originó por una pequeña chispa producto de una fogata mal apagada. Santiago en el Ver 5, nos dice que tengamos mucho cuidado con nuestras palabras, en buen chileno; “no seamos como pasto seco”. Seamos muy cuidadosos y responsables, ya que alrededor nuestro hay mucho material combustible, y basta una sola chispa (una Palabra) para producir un tremendo incendio, y las consecuencias podrían ser catastróficas.


    Para terminar algunas preguntas para la reflexión; ¿Son nuestras palabras el reflejo de una persona que ha sido transformada por Cristo? ¿Nuestras palabras reflejan que estamos día a día creciendo en el poder del Espíritu Santo? Que sucede cuando hacemos malos comentarios de otras personas, cuando hablamos en doble sentido, cuando decimos groserías, o esos simples garabatos que parecen tan inofensivos y normales en nuestra sociedad. La pregunta es; ¿Estamos mostrando el carácter de Cristo, y el mover del Espíritu Santo en nuestra vida?


    Un abrazo. Dios te Bendiga, Pastor Miguel González
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